viernes, 25 de noviembre de 2011

La nueva generación de padres



Por Angela Marulanda, Autora y Educadora Familiar

Somos las primeras generaciones de padres decididos a no repetir con los hijos los errores de nuestros progenitores. Y en el esfuerzo de abolir los abusos del pasado, somos los más dedicados y comprensivos pero a la vez los más débiles e inseguros que ha dado la historia. Lo grave es que estamos lidiando con unos niños más “igualados”, beligerantes y poderosos que nunca.

Parece que en nuestro intento por ser los padres que quisimos tener, pasamos de un extremo al otro. Así, somos los últimos hijos regañados por los padres y los primeros padres a quienes los hijos nos regañan; los últimos que le tuvimos miedo a los padres y los primeros que les tememos a los hijos; los últimos que crecimos bajo el mando de los padres y los primeros que vivimos bajo el yugo de los hijos. Y lo que es peor, los últimos que respetamos a nuestros padres, y los primeros que aceptamos que nuestros hijos nos irrespeten.

En la medida que el permisivismo reemplazó al autoritarismo, los términos de las relaciones familiares han cambiado en forma radical, para bien y para mal. En efecto, antes se consideraba buenos padres a aquellos cuyos hijos se comportaban bien, obedecían sus órdenes y los trataban con el debido respeto; y buenos hijos a los niños que eran formales y veneraban a sus padres.

Pero en la medida en que las fronteras jerárquicas entre adultos y niños se han ido desvaneciendo, hoy los buenos padres son aquellos que logran que sus hijos los amen, aunque poco los respeten. Y son los hijos quienes ahora esperan respeto de sus padres, entendiendo por tal que les respeten sus ideas, sus gustos, sus apetencias y su forma de actuar y de vivir. Y que además les patrocinen lo que necesitan para tal fin. Como quien dice los roles se invirtieron, y ahora son los papás quienes tienen que complacer a sus hijos para ganárselos, y no a la inversa, como en el pasado. Esto explica el esfuerzo que hacen hoy tantos papás y mamás por ser los mejores amigos y parecerles “chéveres" a sus hijos.

Se ha dicho que los extremos se tocan. Y si el autoritarismo del pasado llenó a los hijos de temor hacia sus padres, la debilidad del presente los llena de miedo y menosprecio al vernos tan débiles y perdidos como ellos. Los hijos necesitan percibir que durante la niñez estamos a la cabeza de sus vidas como líderes capaces de sujetarlos cuando no se pueden contener y de guiarlos mientras no saben para dónde van.

Si bien el autoritarismo aplasta, el permisivismo ahoga. Sólo una actitud firme y respetuosa les permitirá confiar en nuestra idoneidad para gobernar sus vidas mientras sean menores, porque vamos adelante liderándolos y no atrás cargándolos, rendidos a su voluntad. Es así como evitaremos que las nuevas generaciones se ahoguen en el descontrol y hastío en el que se está hundiendo una sociedad que parece ir a la deriva, sin parámetros ni destino.

(Publicado en el diario El Tiempo, bajo el título “Los extremos se tocan”, Enero 23, 2005)

www.angelamarulanda.com
angela@angelamarulanda.com

jueves, 17 de noviembre de 2011

Niños autónomos e independientes



Generalmente muchos padres suelen anticiparse a las acciones de los niños y no les dejan actuar o hacer algunas otras cosas que ya están en capacidad de hacer solos. A veces se actúa así porque se considera que los niños aún no pueden realizar cosas solitos, por evitar que se hagan daño, por comodidad, para conseguir resultados más rápidos, o porque no confían en la capacidad de reacción de sus hijos.

Los niños aprenden a ser autónomos en las pequeñas actividades diarias que desarrollarán en casa, en la guardería o en el colegio. Los niños desean crecer, quieren demostrar que son mayores en todo momento. Es misión de los padres y de los educadores, la aplicación de tareas que ayuden a los niños a demostrar sus habilidades y el valor de su esfuerzo. Colocar, recoger, guardar, quitar, abrochar y desabrochar, ir al baño, comer solo o poner la mesa son acciones que ayudarán a los niños a situarse en el espacio en que viven y a sentirse partícipes en la familia y entre sus amigos.

Los niños pueden y deben tener oportunidades para potenciar su autonomía y contemplar todo aquello que saben hacer por sí mismos, aunque para algunas cosas requieran la ayuda de otros.

Si les protegemos en exceso no aprenderán a protegerse ni conocerán el sentido del peligro. Hemos de darles pronto pequeñas responsabilidades como el cuidado y orden de sus juguetes, regar alguna planta, cuidar de alguna mascota... Cuando es pequeño conviene que verbalice sus responsabilidades en el hogar y en casa para que sepa bien lo que se le pide.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Los Videojuegos y los Niños



El niño que pasa sus días entretenido con videojuegos presenta un metabolismo muy acelerado generado por la excesiva tensión que le provoca tener que ganar el juego.

De esta manera, se pudo establecer que un niño quema un 54% más de calorías jugando videojuegos que viendo televisión e incluso en los momentos más tensos del juego el gasto de energía puede alcanzar un 85%.
Asimismo, los niveles de glucosa aumentan sorprendentemente, así como los niveles de adrenalina. Como se puede ver es innegable que estos menores sufren un gran desgaste físico, especialmente en sus manos y en sus ojos, que son las partes del cuerpo que se mueven mientras se juega.

Al estar tan cerca del televisor o del monitor para jugar y al estar siguiendo la acción del juego, su reacción ocular se agiliza, pero esto provoca un gran cansancio visual. En las manos, por ejemplo, puede desarrollarse tendinitis y enfermedades de tipo muscular.

Conforme el niño destina más horas al día a los videojuegos, va sacrificando tiempo para otras actividades, tales como la tarea, jugar con los amigos o convivir con la familia, al grado de aislarse de su entorno social, fugarse de su realidad (sobre todo de los problemas familiares) y convertirse en una verdadera adicción.

Para saber si la relación de su hijo con los videojuegos puede convertirse en una adicción, debemos prestar mucha atención a las siguientes señales:

• Pasa más de dos horas diarias en los videojuegos.
• Se muestra extremadamente inquieto y ansioso cuando no puede jugar.
• Procura aislarse de las actividades familiares y casi no le gusta platicar con sus padres. En general es solitario y poco sociable.
• Le cuesta trabajo relacionarse con figuras de autoridad.
• Muestra poco o nulo interés por cualquier actividad física o deportiva.
• Presenta bajo rendimiento escolar y tiene poco interés por la tarea extraescolar. El niño asume la tarea como un obstáculo para poder jugar.
• Los videojuegos pueden ayudar a desarrollar habilidades que permitan a los niños estar preparados para desenvolverse en la sociedad digitalizada de nuestros días, siempre y cuando se usen bajo la supervisión de los padres. Es importante que los padres traten de evitar que los videojuegos sustituyan el tiempo de convivencia con otros niños o que éstos se conviertan en la “niñera” que los mantenga ocupados y silenciosos en casa.
• Lo más recomendable es que los niños jueguen una hora diaria como máximo, ya que existen varios estudios que advierten que más de dos horas de juego puede ser dañino y causar adicción.
• Asegurarse de que el videojuego sea adecuado para la edad del niño.

miércoles, 26 de octubre de 2011

ESTRATEGIAS POSITIVAS PARA DISCIPLINAR A LOS NIÑOS



Los niños aprenden imitando a los demás, las recompensas y los premios también ayudan a reforzar el buen comportamiento. Debemos elogiar al niño y decirle exactamente lo que nos ha gustado de su proceder. Además, podemos usar otro tipo de recompensas, como las sonrisas y los gestos afirmativos, para hacerle saber a un niño que te complace su conducta.
Entre las diferentes estrategias positivas que podemos utilizar en casa tenemos:

1) TOMAR UN DESCANSO
Los niños pueden jugar o descansar solos durante unos minutos. El estar solos los ayudará a estar más tranquilos.

2) UTILIZAR LAS PALABRAS
Mantener la tranquilidad cuando se habla con el niño(a). Preguntarles lo que pasó y por qué. Luego conversar sobre la forma de resolver el problema. Tratar de encontrar una solución. De esta forma los niños aprenden a ser responsables de su comportamiento.

3) CAMBIAR LA ACTIVIDAD
Cuando los niños comienzan a hacer algo que no es de nuestro agrado, se los debe detener. Luego, explicarles por qué se los detiene. Proponer alguna otra actividad que puedan hacer. Si se ponen a escribir sobre las paredes, entregarles crayolas y papel para dibujar.

SOLUCIONES
Cuando un niño se comporta mal o le hace daño a otro niño, se le debe exigir que ayude a buscar soluciones al problema. Si un niño dibuja en las paredes, entregarle un trapo húmedo con el cual puede ayudar a limpiar. Si un niño hace que otro comience a llorar, pedirle que ayude a consolarlo.

IGNORAR
Cierto tipo de comportamiento da lugar para llamar la atención de los adultos. La mejor manera de manejar esto es ignorando al niño. Prestar atención al buen comportamiento. Los niños necesitan mucha atención para el buen comportamiento, no cuando se comportan mal.
SER FIRME
Ser claro y firme cuando se le explica a un niño lo que tiene que hacer. Mediante el tono de nuestra voz debemos demostrar que lo que se dice va en serio.

MANTENER EL CONTROL
Trata de resolver problemas con paciencia a medida que se presenten. Actúa antes de enojarte o frustrarte.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Importancia de la lectura



"De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo...Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria." Jorge Luis Borges.

La lectura es el camino hacia el conocimiento y la libertad. Ella nos permite viajar por los caminos del tiempo y del espacio, y conocer la vida, el ambiente, las costumbres, el pensamiento y las creaciones de los grandes hombres que han hecho y hacen la historia.

La lectura implica la participación activa de la mente y contribuye al desarrollo de la imaginación, la creatividad, enriquece el vocabulario como la expresión oral y escrita.

Desde el punto de vista psicológico ayuda a comprender mejor el mundo como a nosotros mismos, facilita las relaciones interpersonales, su desarrollo afectivo, moral y espiritual y en consecuencia, la capacidad para construir un mundo más justo y más humano.

La lectura tiene una gran importancia en el proceso de desarrollo y maduración de los niños. Desde hace unos años se está notando un creciente interés de los padres por la lectura de sus hijos, quizá porque saben la relación que existe entre lectura y rendimiento escolar.

Con la proliferación de información audiovisual, parece que la lectura va quedando en un segundo plano, así en los últimos años podemos observar como los niños leen cada vez menos y de una forma muy poco comprensiva. El vocabulario que manejan es cada día más escaso y pobre y es alarmante la disminución de la capacidad de comprensión lectora, que se observa en los jóvenes actuales provocada, entre otras causas, por la irrupción en nuestra sociedad de toda clase de medios audiovisuales, que compiten feroz y despiadadamente, con el tiempo de lectura de nuestros alumnos. Este es un gravísimo problema que soportan actualmente, sin excepción todos los países desarrollados o en vías de desarrollo.

Para desarrollar la lectura comprensiva es aconsejable:
• Leer periódicamente libros de estudio como de literatura, revistas o diarios
• Adquirir más vocabulario, ayudándose para ello con el diccionario (la misma lectura nutre de conceptos al lector sin que éste se dé cuenta de ello)
• Ejercitar el pensamiento lógico, ya sea mediante el estudio de la Lógica o la Matemática, los juegos de ingenio o la práctica del ajedrez
• Ampliar la propia cultura general adquiriendo un conocimiento básico suficiente sobre la Historia y sus etapas, sobre la geografía del propio país y del mundo, sobre las distintas ideas políticas y religiosas, etc.
• Desarrollar el espíritu crítico definiendo la propia escala de valores y juzgando desde ella las afirmaciones de terceros.

La lectura ayuda al desarrollo y perfeccionamiento del lenguaje. Mejora la expresión oral y escrita y hace el lenguaje más fluido. Aumenta el vocabulario y mejora la ortografía. Hay muchas razones para reflejar la importancia de la lectura:

• La lectura mejora las relaciones humanas, enriqueciendo los contactos personales.
• La lectura da facilidad para exponer el propio pensamiento y posibilita la capacidad de pensar.
• La lectura es una herramienta extraordinaria de trabajo intelectual ya que pone en acción las funciones mentales agilizando la inteligencia. Por eso tiene relación con el rendimiento escolar.
• La lectura aumenta el bagaje cultural; proporciona información, conocimientos. Cuando se lee se aprende.
• La lectura amplía los horizontes del individuo permitiéndole ponerse en contacto con lugares, gentes y costumbres lejanas a él en el tiempo o en el espacio.
• La lectura estimula y satisface la curiosidad intelectual y científica.

La lectura permite entrar en contacto con gran cantidad de información, la importancia de estar informados y de ser personas independiente no tiene precio y la lectura nos los permite, así que es importante realizarla e interesarse por desarrollarla con técnica como la lectura rápida y la foto lectura para así ser lectores completos.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Ser felices, lo prioritario para nuestros niños



Ser feliz, así como tener miedo, compartir, ser agresivo, entre otros, también se aprende y se hereda desde la más temprana edad. Los niños aprenden a ser felices cuando su entorno es feliz. Cuando, aún bebé, siente que les importa a sus padres, que hay comunicación con ellos, y que ellos atienden a sus balbuceos y a sus necesidades y derechos más básicos como el cuidado, la alimentación, educación, etc.

La felicidad va mucho más allá del tener, poseer,..., diría que reside en la ilusión, en el deseo y en lo que emplea un niño para conseguir lo que quiere. Si el niño que está a punto de soltar el dedo de sus padres para dar libremente sus primeros pasos, confía que puede contar con el cuidado de ellos, se sentirá feliz y conseguirá lo que se propone. A la hora de educar a nuestros hijos, son muchos los aspectos que consideramos y muchas veces dejamos de lado los sentimientos y sólo nos centramos en las buenas y malas conductas. Pienso que existen algunas claves que los padres pueden considerar a la hora de educar a niños felices.

Es importante establecer un canal de comunicación con ellos a través de actividades como el juego, el baile, el dibujo, la música, la cocina, o simplemente viendo una película o compartiendo un cuento infantil, una manualidad, una adivinanza.

Hay que enseñarles a aceptar sus frustraciones, de una forma constructiva y positiva. También tienen que aprender a perder. A través de los límites se puede enseñar a un niño sobre lo que es más o menos importante, y qué es lo que esperamos de ellos.

Es necesario que el niño exprese sus emociones y sus enfados,... No lo debemos reprimir. El niño puede generar inseguridad y miedo a mostrarse tal y como es. Debes enseñarle a respetar sus emociones, y buscar soluciones.

Hay que ensénale a compartir, a ser amigo, a ser responsable con sus cosas, a tener disciplina con sus tareas, etc. Estos valores son los que le quedarán para su vida adulta.

No lo compare con otros niños, amigos o hermanos. Acepte a su hijo tal y como es, con sus virtudes y defectos. Nadie es perfecto.

Las palabras tienen poder sobre los niños. Si estamos diciendo continuamente que él “es malo”, que “siempre hace todo mal”, lo que conseguiremos es bajar la autoestima, y no animarle a que se esfuerce para mejorar. Las malas palabras tienen un efecto al revés en los niños y en cualquier persona.

Enséñele a su hijo a ponerse en el lugar del otro. Que busque no hacer a los demás lo que no le gustaría que le hicieran a él.

Enséñele a su hijo a reconocer y a agradecer por todo lo que tiene, de corazón. Es importante que él sepa que es un niño privilegiado, que tiene unos papás que le quieren, una casa en que vivir, comida, escuela, amigos, salud,...que tiene tanto porque agradecer

Nuestros niños son niños felices y todo lo que hacemos va encaminado a ello. Sigamos juntos trabajando sobre ello.

martes, 30 de agosto de 2011

Aprender Jugando




Realmente y aunque sea sin darnos cuenta, el ser humano se encuentra en continua evolución de su autoconocimiento, somos entes activos y como tales estamos diseñados para estar despiertos y en acción. Desde que nacemos estamos aprendiendo, formándonos en el más amplio sentido de la palabra y para esto es necesario estar atento a nuestro entorno y la gente que nos rodea, tanto o más que a nosotros mismos.

Aprender es innato al ser humano y puesto que vamos a aprender queramos hacerlo de forma entretenida a través del juego, así nos aseguramos sin riesgo a equivocarnos que al vivir el aprendizaje como una experiencia divertida cada vez tendremos más recursos que podremos utilizar en nuestro día a día ampliando progresivamente nuestro potencial humano.

La alegría que nos aporta el juego, nos hace siempre querer más, que nos quedamos con ganas, y al volver a retomarlo se hace con ánimo pues lo tenemos como un recuerdo de una experiencia feliz, por este mismo motivo los juegos no necesitan de muchas herramientas de marketing para ser vendidos. Todos asociamos la palabra juego con experiencias divertidas de las que sacamos un aprendizaje lleno de pequeños matices que quedan almacenados para su uso en el momento adecuado.
La palabra juego es hermosa, alegre, con color, tiene música, ritmo, movimiento, tiene vida, al igual que la palabra aprender y aunque son del mismo campo, están asociadas a conceptos distintos. Afortunadamente cada vez más se impone la idea al revés, es decir, ver el juego como el perfecto motor del aprendizaje. No en vano es el juego el que nos mantiene cuerpo y mente en acción de forma continua.

Teniendo presente la idea clara de que siempre estamos aprendiendo ya sea activa o pasivamente, será preferible el ocuparnos en hacer de éste un camino divertido, lo que nos permitirá estar abiertos y receptivos a todo aquello que tengamos que saber. La diversión nos va a permitir estar con ganas de estudio, pues al realizar ésta tarea tendremos como ejemplos las actividades en que hemos participado, lo que nos facilitará el aprendizaje y la comprensión más rápido que a base de leer detenidamente una y otra vez.

Para bien de los individuos cada vez es mayor la incidencia que está teniendo lo lúdico no sólo en la formación desde pequeños, sino a otras escalas. Cada vez se conciencia más a los adultos de la necesidad de tener la mente y el cuerpo en activo, la industria desarrolla programas en donde la interacción y la unión de cuerpo y mente es ineludible y en donde se muestra que el juego más allá de la diversión es una herramienta completa para la adquisición de conocimientos a través de todos los sentidos.