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jueves, 10 de noviembre de 2011

Los Videojuegos y los Niños



El niño que pasa sus días entretenido con videojuegos presenta un metabolismo muy acelerado generado por la excesiva tensión que le provoca tener que ganar el juego.

De esta manera, se pudo establecer que un niño quema un 54% más de calorías jugando videojuegos que viendo televisión e incluso en los momentos más tensos del juego el gasto de energía puede alcanzar un 85%.
Asimismo, los niveles de glucosa aumentan sorprendentemente, así como los niveles de adrenalina. Como se puede ver es innegable que estos menores sufren un gran desgaste físico, especialmente en sus manos y en sus ojos, que son las partes del cuerpo que se mueven mientras se juega.

Al estar tan cerca del televisor o del monitor para jugar y al estar siguiendo la acción del juego, su reacción ocular se agiliza, pero esto provoca un gran cansancio visual. En las manos, por ejemplo, puede desarrollarse tendinitis y enfermedades de tipo muscular.

Conforme el niño destina más horas al día a los videojuegos, va sacrificando tiempo para otras actividades, tales como la tarea, jugar con los amigos o convivir con la familia, al grado de aislarse de su entorno social, fugarse de su realidad (sobre todo de los problemas familiares) y convertirse en una verdadera adicción.

Para saber si la relación de su hijo con los videojuegos puede convertirse en una adicción, debemos prestar mucha atención a las siguientes señales:

• Pasa más de dos horas diarias en los videojuegos.
• Se muestra extremadamente inquieto y ansioso cuando no puede jugar.
• Procura aislarse de las actividades familiares y casi no le gusta platicar con sus padres. En general es solitario y poco sociable.
• Le cuesta trabajo relacionarse con figuras de autoridad.
• Muestra poco o nulo interés por cualquier actividad física o deportiva.
• Presenta bajo rendimiento escolar y tiene poco interés por la tarea extraescolar. El niño asume la tarea como un obstáculo para poder jugar.
• Los videojuegos pueden ayudar a desarrollar habilidades que permitan a los niños estar preparados para desenvolverse en la sociedad digitalizada de nuestros días, siempre y cuando se usen bajo la supervisión de los padres. Es importante que los padres traten de evitar que los videojuegos sustituyan el tiempo de convivencia con otros niños o que éstos se conviertan en la “niñera” que los mantenga ocupados y silenciosos en casa.
• Lo más recomendable es que los niños jueguen una hora diaria como máximo, ya que existen varios estudios que advierten que más de dos horas de juego puede ser dañino y causar adicción.
• Asegurarse de que el videojuego sea adecuado para la edad del niño.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Ser felices, lo prioritario para nuestros niños



Ser feliz, así como tener miedo, compartir, ser agresivo, entre otros, también se aprende y se hereda desde la más temprana edad. Los niños aprenden a ser felices cuando su entorno es feliz. Cuando, aún bebé, siente que les importa a sus padres, que hay comunicación con ellos, y que ellos atienden a sus balbuceos y a sus necesidades y derechos más básicos como el cuidado, la alimentación, educación, etc.

La felicidad va mucho más allá del tener, poseer,..., diría que reside en la ilusión, en el deseo y en lo que emplea un niño para conseguir lo que quiere. Si el niño que está a punto de soltar el dedo de sus padres para dar libremente sus primeros pasos, confía que puede contar con el cuidado de ellos, se sentirá feliz y conseguirá lo que se propone. A la hora de educar a nuestros hijos, son muchos los aspectos que consideramos y muchas veces dejamos de lado los sentimientos y sólo nos centramos en las buenas y malas conductas. Pienso que existen algunas claves que los padres pueden considerar a la hora de educar a niños felices.

Es importante establecer un canal de comunicación con ellos a través de actividades como el juego, el baile, el dibujo, la música, la cocina, o simplemente viendo una película o compartiendo un cuento infantil, una manualidad, una adivinanza.

Hay que enseñarles a aceptar sus frustraciones, de una forma constructiva y positiva. También tienen que aprender a perder. A través de los límites se puede enseñar a un niño sobre lo que es más o menos importante, y qué es lo que esperamos de ellos.

Es necesario que el niño exprese sus emociones y sus enfados,... No lo debemos reprimir. El niño puede generar inseguridad y miedo a mostrarse tal y como es. Debes enseñarle a respetar sus emociones, y buscar soluciones.

Hay que ensénale a compartir, a ser amigo, a ser responsable con sus cosas, a tener disciplina con sus tareas, etc. Estos valores son los que le quedarán para su vida adulta.

No lo compare con otros niños, amigos o hermanos. Acepte a su hijo tal y como es, con sus virtudes y defectos. Nadie es perfecto.

Las palabras tienen poder sobre los niños. Si estamos diciendo continuamente que él “es malo”, que “siempre hace todo mal”, lo que conseguiremos es bajar la autoestima, y no animarle a que se esfuerce para mejorar. Las malas palabras tienen un efecto al revés en los niños y en cualquier persona.

Enséñele a su hijo a ponerse en el lugar del otro. Que busque no hacer a los demás lo que no le gustaría que le hicieran a él.

Enséñele a su hijo a reconocer y a agradecer por todo lo que tiene, de corazón. Es importante que él sepa que es un niño privilegiado, que tiene unos papás que le quieren, una casa en que vivir, comida, escuela, amigos, salud,...que tiene tanto porque agradecer

Nuestros niños son niños felices y todo lo que hacemos va encaminado a ello. Sigamos juntos trabajando sobre ello.

miércoles, 8 de junio de 2011

La Salud de nuestros niños



Toda precaución es poca en lo que a salud de nuestros niños se refiere. Es primordial que nuestros hijos crezcan con salud.

Hay enfermedades que nuestros hijos tienen que pasar, pero en la mayoría de los casos siempre contamos con las precauciones básicas para evitar contagios, debemos conocer los tipos de enfermedades que pueden afectar a los niños y sobre todo estar al día de la actualidad sanitaria, conociendo de primera mano cualquier novedad que nos sirva para informarnos y prevenir.
También es importante que los niños tengan chequeos médicos regulares. Estas visitas son una oportunidad para revisar el buen desarrollo de los niños. También es un buen momento para detectar o prevenir problemas.

Además de los chequeos, los niños en edad escolar deben ir al médico por:

  • Pérdida o aumento importante de peso
  • Problemas para dormir o cambios de conducta
  • Fiebre de más de 102ºF (38.8ºC)
  • Erupciones cutáneas o infecciones en la piel
  • Dolores de garganta frecuentes
  • Problemas respiratorios

“El mejor legado que podemos transmitir a nuestros hijos no es el dinero o la riqueza, es la buena salud y la única manera es inculcando en ellos el valor de comer los alimentos adecuados y llevar una vida activa”.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

La escritura en preescolares



Los preescolares deben practicar el uso de los músculos cortos de los dedos y las manos.

• Anime a su hijo (a) a cepillarse los dientes, abrocharse la ropa, abrir y cerrar cremalleras y usar cuchillo y tenedor sin ayuda.

• Pídale a su hijo que le ayude con tareas de verdad, como separar y doblar la ropa lavada, barrer la entrada de la casa y tender las camas.

• Juegue con su hijo. Juntos pueden enhebrar cuentas, armar rompecabezas y jugar con masilla casera.

LOS PREESCOLARES APRENDEN SOBRE LA ESCRITURA CUANDO VEN QUE LAS PERSONAS MAYORES LA USAN TODOS LOS DÍAS.

• Deje que su niño (a) lo vea escribiendo todos los días. Cuando anote algo en el calendario, haga la lista de la compra, escriba su nombre en la agenda o escriba un mensaje telefónico, explíquele a su hijo lo que está haciendo: "Le estoy escribiendo una carta a la tía Alicia. ¿Quieres contarle lo que vimos en el paseo a la biblioteca?"

• Muéstrele a su hijo las palabras que nos rodean, en los libros de cocina, en las botellas de champú, los nombres de calles y edificios, y explíquele para qué sirven. Tome dos latas de jugo y pregúntele: "¿Qué jugo vamos a tomar? ¿De manzana o de pera?"

A los preescolares les gusta escribir sin ayuda.

• Procure que su hijo tenga materiales y un lugar donde escribir. Busque en la casa materiales que su hijo pueda usar para escribir: toda clase de papeles, crayolas, marcadores, lápices. Coloque los materiales en una caja abierta en una repisa baja o en un cajón bajo para que el niño pueda alcanzarlos sin que usted le ayude.

• Destine un lugar para escribir en el cuarto donde su familia pasa la mayor parte del tiempo. La mesa y la silla a la altura apropiada para su niño (a). Mantenga catálogos, revistas, cuentos, láminas y otros materiales para escribir sobre la mesa.

Hable con su niño (a) sobre la escritura. Si le pregunta cómo se escribe una letra, cómo se deletrea un nombre o cómo se escribe una palabra, muéstrele cómo se hace. De lo contrario, déjelo que él escriba a su manera. Tal vez usted no pueda leerlo, pero él se lo puede leer a usted.

Con el tiempo aprenderá a escribir palabras de modo que otros las puedan leer.