jueves, 17 de noviembre de 2011

Niños autónomos e independientes



Generalmente muchos padres suelen anticiparse a las acciones de los niños y no les dejan actuar o hacer algunas otras cosas que ya están en capacidad de hacer solos. A veces se actúa así porque se considera que los niños aún no pueden realizar cosas solitos, por evitar que se hagan daño, por comodidad, para conseguir resultados más rápidos, o porque no confían en la capacidad de reacción de sus hijos.

Los niños aprenden a ser autónomos en las pequeñas actividades diarias que desarrollarán en casa, en la guardería o en el colegio. Los niños desean crecer, quieren demostrar que son mayores en todo momento. Es misión de los padres y de los educadores, la aplicación de tareas que ayuden a los niños a demostrar sus habilidades y el valor de su esfuerzo. Colocar, recoger, guardar, quitar, abrochar y desabrochar, ir al baño, comer solo o poner la mesa son acciones que ayudarán a los niños a situarse en el espacio en que viven y a sentirse partícipes en la familia y entre sus amigos.

Los niños pueden y deben tener oportunidades para potenciar su autonomía y contemplar todo aquello que saben hacer por sí mismos, aunque para algunas cosas requieran la ayuda de otros.

Si les protegemos en exceso no aprenderán a protegerse ni conocerán el sentido del peligro. Hemos de darles pronto pequeñas responsabilidades como el cuidado y orden de sus juguetes, regar alguna planta, cuidar de alguna mascota... Cuando es pequeño conviene que verbalice sus responsabilidades en el hogar y en casa para que sepa bien lo que se le pide.

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