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jueves, 17 de noviembre de 2011

Niños autónomos e independientes



Generalmente muchos padres suelen anticiparse a las acciones de los niños y no les dejan actuar o hacer algunas otras cosas que ya están en capacidad de hacer solos. A veces se actúa así porque se considera que los niños aún no pueden realizar cosas solitos, por evitar que se hagan daño, por comodidad, para conseguir resultados más rápidos, o porque no confían en la capacidad de reacción de sus hijos.

Los niños aprenden a ser autónomos en las pequeñas actividades diarias que desarrollarán en casa, en la guardería o en el colegio. Los niños desean crecer, quieren demostrar que son mayores en todo momento. Es misión de los padres y de los educadores, la aplicación de tareas que ayuden a los niños a demostrar sus habilidades y el valor de su esfuerzo. Colocar, recoger, guardar, quitar, abrochar y desabrochar, ir al baño, comer solo o poner la mesa son acciones que ayudarán a los niños a situarse en el espacio en que viven y a sentirse partícipes en la familia y entre sus amigos.

Los niños pueden y deben tener oportunidades para potenciar su autonomía y contemplar todo aquello que saben hacer por sí mismos, aunque para algunas cosas requieran la ayuda de otros.

Si les protegemos en exceso no aprenderán a protegerse ni conocerán el sentido del peligro. Hemos de darles pronto pequeñas responsabilidades como el cuidado y orden de sus juguetes, regar alguna planta, cuidar de alguna mascota... Cuando es pequeño conviene que verbalice sus responsabilidades en el hogar y en casa para que sepa bien lo que se le pide.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Los Videojuegos y los Niños



El niño que pasa sus días entretenido con videojuegos presenta un metabolismo muy acelerado generado por la excesiva tensión que le provoca tener que ganar el juego.

De esta manera, se pudo establecer que un niño quema un 54% más de calorías jugando videojuegos que viendo televisión e incluso en los momentos más tensos del juego el gasto de energía puede alcanzar un 85%.
Asimismo, los niveles de glucosa aumentan sorprendentemente, así como los niveles de adrenalina. Como se puede ver es innegable que estos menores sufren un gran desgaste físico, especialmente en sus manos y en sus ojos, que son las partes del cuerpo que se mueven mientras se juega.

Al estar tan cerca del televisor o del monitor para jugar y al estar siguiendo la acción del juego, su reacción ocular se agiliza, pero esto provoca un gran cansancio visual. En las manos, por ejemplo, puede desarrollarse tendinitis y enfermedades de tipo muscular.

Conforme el niño destina más horas al día a los videojuegos, va sacrificando tiempo para otras actividades, tales como la tarea, jugar con los amigos o convivir con la familia, al grado de aislarse de su entorno social, fugarse de su realidad (sobre todo de los problemas familiares) y convertirse en una verdadera adicción.

Para saber si la relación de su hijo con los videojuegos puede convertirse en una adicción, debemos prestar mucha atención a las siguientes señales:

• Pasa más de dos horas diarias en los videojuegos.
• Se muestra extremadamente inquieto y ansioso cuando no puede jugar.
• Procura aislarse de las actividades familiares y casi no le gusta platicar con sus padres. En general es solitario y poco sociable.
• Le cuesta trabajo relacionarse con figuras de autoridad.
• Muestra poco o nulo interés por cualquier actividad física o deportiva.
• Presenta bajo rendimiento escolar y tiene poco interés por la tarea extraescolar. El niño asume la tarea como un obstáculo para poder jugar.
• Los videojuegos pueden ayudar a desarrollar habilidades que permitan a los niños estar preparados para desenvolverse en la sociedad digitalizada de nuestros días, siempre y cuando se usen bajo la supervisión de los padres. Es importante que los padres traten de evitar que los videojuegos sustituyan el tiempo de convivencia con otros niños o que éstos se conviertan en la “niñera” que los mantenga ocupados y silenciosos en casa.
• Lo más recomendable es que los niños jueguen una hora diaria como máximo, ya que existen varios estudios que advierten que más de dos horas de juego puede ser dañino y causar adicción.
• Asegurarse de que el videojuego sea adecuado para la edad del niño.

miércoles, 26 de octubre de 2011

ESTRATEGIAS POSITIVAS PARA DISCIPLINAR A LOS NIÑOS



Los niños aprenden imitando a los demás, las recompensas y los premios también ayudan a reforzar el buen comportamiento. Debemos elogiar al niño y decirle exactamente lo que nos ha gustado de su proceder. Además, podemos usar otro tipo de recompensas, como las sonrisas y los gestos afirmativos, para hacerle saber a un niño que te complace su conducta.
Entre las diferentes estrategias positivas que podemos utilizar en casa tenemos:

1) TOMAR UN DESCANSO
Los niños pueden jugar o descansar solos durante unos minutos. El estar solos los ayudará a estar más tranquilos.

2) UTILIZAR LAS PALABRAS
Mantener la tranquilidad cuando se habla con el niño(a). Preguntarles lo que pasó y por qué. Luego conversar sobre la forma de resolver el problema. Tratar de encontrar una solución. De esta forma los niños aprenden a ser responsables de su comportamiento.

3) CAMBIAR LA ACTIVIDAD
Cuando los niños comienzan a hacer algo que no es de nuestro agrado, se los debe detener. Luego, explicarles por qué se los detiene. Proponer alguna otra actividad que puedan hacer. Si se ponen a escribir sobre las paredes, entregarles crayolas y papel para dibujar.

SOLUCIONES
Cuando un niño se comporta mal o le hace daño a otro niño, se le debe exigir que ayude a buscar soluciones al problema. Si un niño dibuja en las paredes, entregarle un trapo húmedo con el cual puede ayudar a limpiar. Si un niño hace que otro comience a llorar, pedirle que ayude a consolarlo.

IGNORAR
Cierto tipo de comportamiento da lugar para llamar la atención de los adultos. La mejor manera de manejar esto es ignorando al niño. Prestar atención al buen comportamiento. Los niños necesitan mucha atención para el buen comportamiento, no cuando se comportan mal.
SER FIRME
Ser claro y firme cuando se le explica a un niño lo que tiene que hacer. Mediante el tono de nuestra voz debemos demostrar que lo que se dice va en serio.

MANTENER EL CONTROL
Trata de resolver problemas con paciencia a medida que se presenten. Actúa antes de enojarte o frustrarte.

miércoles, 8 de junio de 2011

La Salud de nuestros niños



Toda precaución es poca en lo que a salud de nuestros niños se refiere. Es primordial que nuestros hijos crezcan con salud.

Hay enfermedades que nuestros hijos tienen que pasar, pero en la mayoría de los casos siempre contamos con las precauciones básicas para evitar contagios, debemos conocer los tipos de enfermedades que pueden afectar a los niños y sobre todo estar al día de la actualidad sanitaria, conociendo de primera mano cualquier novedad que nos sirva para informarnos y prevenir.
También es importante que los niños tengan chequeos médicos regulares. Estas visitas son una oportunidad para revisar el buen desarrollo de los niños. También es un buen momento para detectar o prevenir problemas.

Además de los chequeos, los niños en edad escolar deben ir al médico por:

  • Pérdida o aumento importante de peso
  • Problemas para dormir o cambios de conducta
  • Fiebre de más de 102ºF (38.8ºC)
  • Erupciones cutáneas o infecciones en la piel
  • Dolores de garganta frecuentes
  • Problemas respiratorios

“El mejor legado que podemos transmitir a nuestros hijos no es el dinero o la riqueza, es la buena salud y la única manera es inculcando en ellos el valor de comer los alimentos adecuados y llevar una vida activa”.

jueves, 12 de mayo de 2011

La importancia de la puesta de límites en nuestros niños



En la primera etapa de vida del niño es donde comienzan y deben formarse los primeros aprendizajes de los límites para el dominio de los impulsos.

La puesta de límites debe ser compartida y acordada entre todos los adultos que rodean al niño en su hogar y en la escuela y sostenida en el tiempo. Para aprender a respetar los límites el niño necesita de la experiencia de ver confirmado por los adultos lo que se le acaba de transmitir.

Los límites puestos en el hogar tienen que ver con los valores universales para todos.
El límite es una manera de proteger al niño. Significa marcar de forma muy clara y específica hasta dónde pueden llegar.

Los niños necesitan aprender lo que está bien y lo que está mal, necesitan saber que no pueden tener todo lo que quieren y aprender a superar las frustraciones que se presentan en la vida, si mamá dice “NO” el papá también debe decir “NO”.

El límite no es una descarga verbal de gritos e insultos, de padres irritados y apurados frente a la demanda insistente del niño. El niño -con su conducta desbordada- está pidiendo que se lo contenga, que un adulto pueda frenarlo, un “no” que lo limite y lo asegure.

Poner límites es respetar su condición de debilidad, de dependencia total en cuanto a sus necesidades físicas, emocionales y afectivas.

“La puesta de límites no se puede posponer, debe empezar en la infancia desde la familia”.

miércoles, 27 de abril de 2011

La nutrición en niños preescolares



En la edad preescolar (3 a 5 años), los niños emplean sus energías en actividades físicas, por lo tanto su gasto energético aumentará considerablemente. Desde el punto de vista del desarrollo psicomotor, el niño ha alcanzado un nivel que le permite una correcta manipulación de los utensilios empleados durante las comidas, siendo capaz de usarlos para llevar los alimentos a la boca.

Una de las características específicas de esa edad es el rechazo a los alimentos nuevos, por el temor a lo desconocido. Se trata de una parte normal del proceso madurativo en el aprendizaje de la alimentación, lo que no debe ser traducido por la falta de apetito.

El niño preescolar puede reconocer y elegir los alimentos al igual que el adulto. Normalmente, el niño tiende a comer lo que ve comer a sus padres y a las personas que le acompañan. Ellos observan e imitan, también en la alimentación. En la escuela, ese proceso se ampliará y el niño adquirirá hábitos nuevos debido a las influencias externas.

La nutrición de niños preescolares, debe ser completa y equilibrada, debe contener alimentos con cada uno de los principios nutritivos esenciales para asegurar un buen crecimiento.

Grupo de Proteínas: Lácteos, carnes, huevo.

Grupo de Hidratos de Carbono: Vegetales, frutas, cereales preferentemente integrales, legumbres.

Grupo de grasas: Aceite de uva, girasol, oliva, maíz, mantequilla o margarina.

A estos grupos debe sumarse el consumo de zumos de frutas recién exprimidos y agua. Alimentos de cada uno de estos grupos de nutrientes deben estar presentes en la dieta diaria de un niño en edad preescolar.

SUGERENCIAS DE LUNCH

Opción uno: avena, un paquete de galletas.

Opción dos: yogur, una porción de cereal y fruta (preferiblemente entera).

Opción tres: leche o jugo, sándwich de queso o pollo y fruta. Aquí puede incluir un caramelo o una chocolatina.

Opción cuatro: jugo o alguna bebida en leche, galletas integrales o de fibra y una fruta.

Opción cinco: gelatina o pudín, fruta y un paquete de galletas.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Educando a los niños para prevenir la ansiedad

En los trastornos de ansiedad interactúan factores biológicos ambientales y personales. Entre los primeros se encuentran los factores genéticos, biológicos (alteraciones en la anatomía cerebral, en los neurotransmisores, etc.) o el temperamento. Estos factores predisponen al individuo a padecer trastornos de ansiedad. Entre los factores ambientales destacan los acontecimientos vitales o situaciones traumáticas, el estilo educativo de los padres y en general, los procesos de socialización del niño-adolescente-adulto en los diferentes ámbitos de su vida: familia, escuela, amigos, trabajo, etc. Entre los factores personales implicados en la génesis y el mantenimiento de los trastornos de ansiedad destacan la valoración personal y subjetiva que cada persona hace de uno mismo (autoestima) y los recursos de que dispone el individuo para afrontar los problemas (estrategias de afrontamiento).

Las personas más próximas al niño tienen un papel muy importante en la prevención de los trastornos de ansiedad. Los padres y los educadores pueden reducir el impacto de las situaciones o acontecimientos vitales estresantes que viva el niño, pueden educarlo para potenciar sus recursos personales y pueden promover nuevas experiencias y fomentar hábitos de vida saludables.

Disminuir el impacto de los acontecimientos estresantes...

Los niños pueden carecer de recursos para afrontar de forma adecuada situaciones o acontecimientos vitales estresantes o traumáticos. La vivencia de una separación, de la muerte de un familiar o amigo, de un desastre natural (incendio, inundación), de un robo, de un accidente, etc. pueden superar la capacidad del niño para reaccionar de forma adaptativa. En estos casos, las personas próximas al niño deberían:

  • Hablar con el niño de todo lo que le preocupa, de cómo se siente. Permitir que se desahogue y exponga todas sus preocupaciones, dudas y sentimientos. No forzar al niño a hablar de sus sentimientos, estar disponibles cuando él lo necesite.

  • Actuar como modelos de conducta y afrontamiento : Los niños aprenden a actuar y a afrontar los problemas imitando y adoptando como propios los modos de actuación de personas cercanas a ellos

jueves, 4 de febrero de 2010

COMO EDUCAR NIÑOS OBEDIENTES



"Es que mi hijo nunca me obedece". Si usted es de los que repite esa frase, es necesario actuar: puede ser que sus pautas de crianza no estén funcionando o que su hijo presenta problemas de salud.



Lo primero que se debe hacer es revisar la edad del pequeño, para confirmar que esté en la etapa de comprensión de palabras y de oraciones. Esta suele darse desde los 3 años de edad. Es por esto que es normal que antes de esta edad el niño no siga las recomendaciones dadas por los adultos. Según el neurólogo pediatra Álvaro Izquierdo, a partir de los 9 meses los niños hacen caso a órdenes sencillas. Sin embargo, en algunas oportunidades desacatan la orden, porque están en la etapa de exploración y conocimiento, la cual se manifiesta con el tacto.



A partir de los 2 años los niños comienzan a entender las órdenes de los padres, pero es solo al cumplir 4 que ellos comprenden el verdadero significado de la obediencia.



A los 3 años, los pequeños empiezan a entender que la palabra NO cambia la estructura de la frase. Por eso, es necesario que los padres les hablen con frases afirmativas. Por ejemplo: en vez de decir "no agarres eso", deben decirle: "deja quieto eso".



¿Cómo lograrlo?

Para conseguir que el niño sea obediente, también es fundamental explicarles a los hijos que siempre les deben hacer caso a los adultos con quienes quedan a cargo; los padres deben cumplir lo que prometen e inculcarles desde temprana edad las rutinas.



Con los hábitos, los menores se disciplinan en sus actividades y, de la misma manera, aprenden a obedecer órdenes de los mayores.



Sin embargo, el hecho de que un niño no cumpla una orden del padre, no quiere decir que sea desobediente. Si, por el contrario, el niño siempre se subleva, se debe revisar la causa de esta actitud.



El especialista Álvaro Izquierdo explica otras razones por las que un niño podría desobedecer: "Puede tener retardo mental, poca comprensión del lenguaje, déficit de atención o trastorno de posición desafiante".



Si el caso es que en la casa es terrible y en el colegio un ‘santo’, o viceversa, se deben revisar las estrategias de educación. En alguno de los lugares están fallando con las pautas de crianza.


¿Cómo reconocerlo?


Un niño desobediente es aquel que hace pataleta, rabieta, situaciones de ira, que no hacen caso a las normas que le ponen en casa ni en el colegio, o que son voluntariosos.
Según Ana María Chapiro, siquiatra infantil, los padres y cuidadores deben aprender a determinar si el niño está haciendo una rabieta porque está cansado, o por otro motivo.



"Una de las causas principales de desobediencia es que los límites de la casa no están bien implantados. Esto lleva a que los niños se sienten inestables y que no sepan hasta dónde llegar", señala Chapiro.



Otro de los momentos usuales es cuando dicen que solo le obedece a la mamá. Si esto sucede es porque el niño no tiene claridad con la autoridad. Lo más importante es recalcarles a papá y a mamá que ellos son los que tiene la autoridad de crear estos hábitos.

Pasos para establecer rutinas:

* Cree una lista con las actividades y reglas más importantes: horarios de sueño, alimentación, baño, entre otras.


* Negocie las ocupaciones con los niños. Hay que comprender que las rutinas son un plan flexible y no unas normas rígidas.


* Acompañe a los pequeños en las primeras semanas de rutinas; de esta manera, ellos sentirán seguridad.


* Entienda que la rutina impera sobre el llanto del pequeño. Cumpla el horario de los hábitos. De esta forma se crea la disciplina en el pequeño. * Enséñele que existen los turnos.

miércoles, 13 de enero de 2010

¿Qué habilidades tiene un niño de 2 años?


El niño desde su nacimiento está expuesto a un aprendizaje constante, por lo tanto los estímulos y todo recurso que ayude a este proceso serán de mucho apoyo.

El entorno del niño deberá ser de permanente estímulo y refuerzo, brindándole la oportunidad de crecer y madurar en la medida de sus posibilidades, abarcando la mayor cantidad de áreas básicas indispensables para su crecimiento.

Un niño de 2 años ya es capaz de caminar bien, pararse de puntillas, patear una pelota hacia adelante, subir y bajar escaleras sin ayuda, saltar con los pies juntos, quitarse la ropa, armar y desarmar objetos, retroceder, usar la cuchara derramando un poco, beber en una taza, guardar semillas en una botella utilizando la pinza digital, demuestran interés por aprender a usar el baño.

Desean ayudar a mamá en los quehaceres domésticos, gustan de imitar a los adultos, combinan 2 o 3 palabras diferentes, señalan partes del cuerpo.

Generalmente, son egocéntricos y es muy difícil que compartan, de ahí la importancia de participar en juegos con otros niños de su edad. Ellos aún necesitan seguridad.

Expresan sus sentimientos y deseos. Siguen instrucciones simples. Logran tener una capacidad de atención mínima de 3 minutos.

Es importante utilizar todos los mecanismos necesarios para proporcionarle un ambiente suficientemente estimulado que desarrolle diariamente su imaginación, lenguaje, atención, motricidad gruesa, motricidad fina, socialización y autonomía.