miércoles, 25 de abril de 2012

Importancia de un buen desayuno para los niños


Una correcta y sana alimentación comienza con un buen desayuno. Mientras dormimos nuestro cuerpo se vuelve más lento. Al despertarnos el cuerpo cambia su ritmo, se vuelve más activo, aumenta nuestra temperatura corporal, se eleva la tensión arterial y se prepara para funcionar. Por eso comer al despertarnos nos activa al iniciar el día. Según una encuesta de Salud (2003), tan solo un 7,5% de los niños toma un desayuno equilibrado. Si no desayunamos nos sentiremos más cansados y con falta de concentración. En edades escolares esto tiene consecuencias importantes ya que condiciona el aprendizaje y conlleva a un descenso del rendimiento escolar. El hábito de desayunar se genera en casa, debemos sentarnos con nuestros niños cada mañana y dedicarle unos 10 a 15 minutos. Se sabe que la calidad del desayuno aumenta con la presencia de un familiar que acompañe al niño en esta comida. No hace falta mucho tiempo para preparar un desayuno sano. Si el niño no está habituado a desayunar comienza poco a poco, al principio con un vaso de leche o un yogur bastará. Luego incorpora algún tipo de cereal como tostadas, galletas maría o cereales para desayuno y finalmente una fruta o zumo natural. En ocasiones podemos dividir el desayuno en dos tomas, una al levantarnos con leche o yogur, cereales, pan o galletas; y la otra dos o tres horas después donde podemos incorporar la fruta. El desayuno debe aportar entre un 20-30% de las calorías que necesitamos al día, ser completo y variado. Un buen desayuno debe estar formado por: lácteos, cereales y frutas. Los lácteos (leche, yogures, quesos, cuajada, requesón): nos aportan proteínas de buena calidad, vitaminas y minerales, especialmente calcio. Los cereales (pan, galletas, cereales para desayuno): nos aportan principalmente hidratos de carbono que nos darán energía. También aportan vitaminas y minerales, los cereales integrales aportan fibra. Las frutas / zumos: aportan agua (90 – 95%), hidratos de carbono, minerales, vitaminas y fibra. 

Opciones para nuestros niños de desayunos saludables:

- Leche con cacao, tostadas con mermelada. Zumo natural de frutas.
- Yogur o cuajada con cereales y frutas troceadas.   
- Leche con cacao, galletas maría y un plátano.
- Leche con cacao, pan con queso y fiambre magro (pavo, jamón york).
- Leche con cacao, tostadas con mantequilla y miel. Zumo natural.

Recordemos que los hábitos alimenticios que tendremos en la edad adulta se generan en la niñez, por lo que hay que procurar que el ambiente de cada comida sea agradable, distendido y en familia.

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