El 25 de julio recordamos juntos en el Jardín, con mucho orgullo y amor, los 483 años de la fundación de nuestra querida ciudad de Guayaquil.
Amar a nuestra ciudad, va más allá de una fecha, un día, una comida, un vestuario.
Amar nuestra ciudad, es sentir a Guayaquil dentro de nuestro corazón, respetar las reglas de urbanidad y las normas para vivir en sociedad, cuidar sus monumentos, ciudadelas, barrios, sus recursos naturales, trabajar con ética, responsabilidad, compromiso social, valores y principios, ese es el talante del sentimiento de amor a nuestra ciudad que debe nutrir la esencia de cada guayaquileño desde su infancia, pregonándolo en el diario vivir.
Amar a nuestra ciudad, va más allá de una fecha, un día, una comida, un vestuario.
Amar nuestra ciudad, es sentir a Guayaquil dentro de nuestro corazón, respetar las reglas de urbanidad y las normas para vivir en sociedad, cuidar sus monumentos, ciudadelas, barrios, sus recursos naturales, trabajar con ética, responsabilidad, compromiso social, valores y principios, ese es el talante del sentimiento de amor a nuestra ciudad que debe nutrir la esencia de cada guayaquileño desde su infancia, pregonándolo en el diario vivir.
Inculcando ese amor a nuestra ciudad, ese día, celebramos junto a nuestros niños de todos los niveles, desde Maternal hasta Primero de básica un acto cívico, en el que vivieron con emoción la celebración de su fundación, cantando, bailando y moviendo sus banderitas guayaquileñas, escuchando a los más grandecitos, recitar amorfinos y poemas dedicados a Guayaquil.
Hoy, compartimos con ustedes, pequeñas escenas de lo vivido junto a nuestros queridos niños y niñas, pero antes, desde el fondo de nuestro corazón bajo la guía de Dios, gritando nuevamente, ¡Viva Guayaquil!
“Eres tú Guayaquil ciudad emblema
emporio de trabajo y de grandeza
por todo el Ecuador tu nombre suena
pregonando tu valor y tu belleza” Tarquino Arreaga
emporio de trabajo y de grandeza
por todo el Ecuador tu nombre suena
pregonando tu valor y tu belleza” Tarquino Arreaga
Para conservar la esencia, costumbres y valores positivos de un pueblo, es necesario transmitir de generación en generación la herencia cultural de dicho pueblo. Que lindo transmitir a nuestros niños una parte de nuestra cultura con los amorfinos típicos de nuestra ciudad Guayaquil, los juegos tradicionales, etc que muchas veces en casa los pasamos por alto. Sigamos juntos sembrando esa hermosa semilla en ellos, para que nunca pierdan su esencia de ser Guayaquileños!!!
ResponderEliminarHermoso y excelente artículo escrito por una excelente maestra y dama
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