El SUEÑO
Hay niños que van con facilidad a la cama, otros protestan y hacen drama haciendo de la hora de dormir un caos. La solución generalmente se encuentra en revisar la rutina completa que sigue el niño para irse a dormir y corregir los puntos que estén fallando:
Es importante que los niños se vayan a la cama cuando necesiten dormir y no cuando los padres requieran de un poco de tranquilidad para descansar.
Haz de su recámara, en especial de su cama, un lugar donde le guste estar, ya que si no le gusta de día, menos le gustará de noche.
Continúa con la rutina para dormir, de forma que tu hijo vaya teniendo señales de que la hora de dormir se acerca.
Convive tranquilamente un rato con él en la cama, leerle un cuento o rezar (si son creyentes), es una excelente forma de fomentar una buena relación y dar paso a dormir. Pueden también platicar, bromear o hablar de cosas importantes.
Haz un pacto en el que una vez que se metió en su cama y tú te despediste, debe permanecer en ella, a menos de que sea algo importante.
Hazle saber que tú estás cerca y que te puede llamar si te necesita.
Al dejar los pañales por la noche, necesitará de tu apoyo para ir al baño y de una actitud relajada de tu parte en caso de algún accidente.
Hacerles entender a los niños que la cama es un lugar agradable y especial para dormir.
A esta edad los niños pueden empezar a disfrutar de sus camas y sus recámaras sin sus padres, ya que separarse de ellos ya no les causa ansiedad, por el contrario, muchos empiezan a necesitar "su propio espacio".
Haz de su recámara o de el espacio en el que se encuentre "su lugar", para que lo disfrute de día y de noche, consultándolo para su decoración y dejando a los demás en claro que es de él:
Si no lo ha hecho, ya es momento de que pase de la cuna a una cama, puedes ponerle un barandal temporal para facilitar el cambio.
Haz la recámara lo más atractiva que puedas, teniendo colchas y sábanas atractivas para él y una bonita decoración en las paredes y ventanas. Procura que la cama quede bien tendida cada vez que se levante para que desee volverse a acostar en ella.
Puedes colocar una luz de emergencia a su alcance, la cual puede dejar encendida o activarla si lo necesita.
-Coloca a su alcance sus juguetes preferidos para la hora de acostarse.
-Haz evidente que tú estás al pendiente dejando la puerta abierta.
-Su recámara debe ser un lugar donde pasen cosas agradables, nunca a donde lo manden castigado.
Los niños en la edad de preescolar tienen horarios de sueño diferentes a los infantes y a los niños en la etapa de los primeros pasos. Para los niños entre tres y seis años resulta difícil dejar un mundo lleno de estímulos y personas e ir a la cama por su propia cuenta. Como resultado, les toma más tiempo quedarse dormidos; mientras que los niños menores de dos años juegan tranquilamente solos o con un hermano antes de dormir, los niños de tres años y más tienen mayor posibilidad de desear una luz encendida y de dormir con un juguete o una manta. Estos objetos de transición ayudan al pequeño a pasar la etapa de transición de ser un bebé dependiente a un niño independiente. Es conveniente que los padres acepten estos objetos de transición y que permitan que sus hijos los usen como apoyo para dicho proceso de cambio.
TRASTORNOS DEL SUEÑO
Los problemas de sueño en la infancia, como hemos visto en alguna ocasión, pueden acarrear secuelas importantes, enfermedades o problemas tanto cognitivos como de conducta, de aprendizaje o familiares.
Puede manifestarse de distintas maneras en los niños, como el insomnio, sonambulismo, hablar durante el sueño, las pesadillas, el síndrome de piernas inquietas… Y, por supuesto, acudir al especialista cuando sea necesario.
Cuando en la habitación del niño existe un televisor o computador que pueda utilizar en la noche los trastornos que podrían derivarse, aparte de disminuir la cantidad y calidad del sueño, podrían ser alteraciones del aprendizaje referidas a la memoria.
Los trastornos de sueño se presentan a lo largo de la vida, inician en la etapa neonatal, la lactancia, en el preescolar y adolescencia llegando hasta la vejez. Por lo general en la práctica clínica diaria son escasamente reconocidos o minimizados y a menudo no tratados, cerca del 20 al 25 % de la población infantil presentan algún trastorno de sueño.El sueño en el niño es totalmente diferente al del adulto, incluso entre los mismos niños, se presentan diferencias. Resulta que la arquitectura del sueño depende de la maduración cerebral. El sueño del recién nacido se interrumpe por breves períodos, alternándose con periodos aun más breves de vigilia. Es importante destacar la interacción de la madre, desde el nacimiento, ya que el patrón de sueño depende del vínculo materno, y del proceso de acoplamiento que viven, estando en relación con la manera en que se pone a dormir al bebé, la manera de cargarlo o de acariciarlo.
Para algunos autores las alteraciones del sueño como el despertar nocturno o las dificultades para dormirse son habituales en el preescolar, esto se atribuye a los problemas propios de la etapa de desarrollo por la etapa de desarrollo que atraviesan entre los dos y tres años, que está en relación directa con la ansiedad que genera la separación de los padres, en especial de la madre.
Hay ciertas tensiones que pueden generar dificultades en el sueño como lo es el nacimiento de un hermano, la separaciòn de los padres, haber visto propagandas o programas de fuerte contenido que los asusta o impresiona, haber perdido un ser muy apegado como la nana o un familiar, es importante averiguar para comprenderlo y ayudarlo.
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