viernes, 23 de enero de 2015

¿CÓMO AYUDAR A UN NIÑO CON BAJO NIVEL DE TOLERANCIA?

La frustración es el sentimiento que surge cuando no logramos nuestros deseos.

Tolerar la frustración significa poder enfrentar los problemas y limitaciones que tenemos a lo largo de la vida, a pesar de las molestias o incomodidades que nos causan.
La frustración es parte de la vida. No podemos evitarla, pero si podemos aprender a manejarla y a superarla.


Generalmente es en la infancia cuando aprendemos a tolerar la frustración. Cuando un niño es muy pequeño, cree que el mundo gira alrededor de él. Piensa que se merece todo lo que quiere, en el momento en que lo quiere.
 

No sabe esperar, porque no tiene el concepto de tiempo, ni la capacidad de pensar en los deseos y necesidades de los demás.

Por eso, cualquier límite o cualquier cosa que le niegan, lo siente como algo injusto y terrible.No puede entender por qué no le dan lo que él desea. Se siente frustrado y despojado de lo que "necesita" en ese instante. No tiene las herramientas para eliminar, disminuir o tolerar su malestar.

Si los padres o las demás personas le dan siempre lo que pide y en el momento en que lo hace, no aprende a "aguantar" la molestia que le provoca la espera o la negación de sus deseos.

Al llegar a la edad adulta, sigue sintiéndose mal ante cualquier límite o ante la necesidad de posponer una satisfacción. Siente que necesita eliminar inmediatamente dicho malestar, haciendo lo más fácil o lo primero que se le ocurra, con tal de ponerle fin a su molestia o incomodidad. Piensa sólo en el bienestar a muy corto plazo, sin tomar en cuenta los resultados a mediano y a largo plazo.

Necesitamos tener paciencia. La paciencia no tiene nada que ver con la necesidad y tiempos de espera, sino con la fortaleza para enfrentar el dolor sin perturbarnos emocionalmente.
Debemos enseñar a los niños formas positivas de hacer frente a estos sentimientos, para ello, podemos utilizar distintas estrategias:
  • Enseñar técnicas de relajación. Debemos enseñar a los pequeños a elevar su tolerancia a la frustración con la relajación del cuerpo.
  • Enseñar a identificar el sentimiento de frustración cuando aparezca. Por ejemplo, “Juan está enojado porque no ha hecho bien esta resta. Inténtalo con otra, tómate más tiempo”.
  • Enseñar al niño cuándo debe pedir ayuda.. Debemos enseñar al niño a intentar encontrar la solución primero. Se le dirá: “pruébalo otra vez”. Si el niño no sabe lo que tiene que hacer, y lo intenta, podría ya pedir ayuda. Cuando el niño se siente frustrado en alguna tarea, debemos intentar enseñarle a evitar la frustración: “¿qué podrías hacer en lugar de enfadarte o abandonarlo?”.
  • Reforzar las acciones apropiadas por parte del niño. Es importante elogiarlo cuando retarde su respuesta habitual de ira ante la frustración, y cuando utilice una estrategia apropiada.
  • Modificar la tarea. Enseñar al niño una forma alternativa de alcanzar el objetivo. Cuando sea posible, se dividirá una tarea en pequeñas partes que puedan llevarse a cabo una a una.